Los hogares lacandones se sitúan regularmente en sitios cercanos a ríos, arroyos o lagunas; esto les permite además de la pesca, el abastecimiento de agua para todas las necesidades de la población (cocinar, bañarse, lavar). Al igual que en muchas poblaciones indígenas del país, la vivienda lacandona tradicional consiste en un cuarto utilizado como dormitorio y otro como cocina. Puede ser de forma circular o rectangular y el material es básicamente las hojas y fibras de palma, aunque en la actualidad esto tiende a modificarse y hoy en día muchas casas están construidas con madera y láminas.
También es común un corral o pequeño refugio para los animales domésticos anexo a la casa. Parte complementaria del hogar lacandón es el imprescindible fogón que, además de ser utilizado para preparar los alimentos, es aprovechado para mantener el calor en las noches frías, y el humo para mantener alejados a los insectos o para ahumar y así conservar la carne.